Claudico ante el cielo de tu boca ,
ante las palabras que se
alejan de la clandestina frivolidad.
Agrupo susurros de tu aroma
lejanos al mundo que nos devora,
arropo un sueño de delicia.
Albergo blancas esperanzas,
de que la vertiginosidad
se funda.
Veo luces en el horizonte,
de repente
se apagan.
Silencios que matan.
Aullidos que extremecen.
¿y que pasa ahora si el tiempo nos implora?