viernes, 20 de junio de 2008

El velatorio


Saturno devorando a sus hijos. Goya



Un espacio reducido,
un pasillo con puertas,
personas hablando.

Gentío juvenil,
los nervios,
un hombre daba ánimos
y se preocupaba por los jóvenes.

Jóvenes que salían y entraban
de las habitaciones, cada vez
mayor alboroto. Dentro, se pedía
silencio absoluto.

El tiempo se consumía,
la cuenta atrás,
cada vez quedaba menos.
Confusión.

Cada cual iba a cargar su
muerto correspondiente.
No somos nada, somos códigos de barras
dijo uno.

Unos lloraban, otros reían.
Algunos con la lengua fuera de sus bocas
se lamentaban.

El cansancio, tres días en el aire,
ahora empezaban a darse cuenta de que
todo estaba acabando.

El dolor se haría agudo cuando se
percatasen de la gran perdida.
Aunque el tiempo lo curaría todo.
EL tiempo.

1 comentario:

alejandro dijo...

Esto si q es una vision pesimista de selectividad y lo demas son tonterias xD.
No te qiero ver a ti cuando acabes la universidad...JESUS!!

Jandro.