viernes, 2 de noviembre de 2007

¿todo vale?


¿a donde vamos a llegar?

El arte actual es, en ocasiones, de difícil asimilación para el espectador llegando a negarlo como tal. Y es que a veces, parece que todo vale en al sociedad en la que vivimos y por consiguiente, también en el arte: la cama de Tracy Emin,por ejemplo, sacada de su contexto cotidiano fue puesta en la Tate Gallery (con todo tipo de restos) y por consiguiente considerada una obra de arte, lo cual no pasaría si en vez de llamarse Tracy Emin se llamara Pepa. Porque siendo así, la Tate Gallery se reiría de la cama de Pepa.
Pero no sólo la cama de T.E sino que son numerosas las obras que han alimentado la polémica que sigue nutriéndose de nuevos artistas que, con tal de abrirse camino en este ámbito, tan demandado y difícil, son capaces de rozar lo ilegal o por lo menos de obviar lo moral para darse a conocer. Lo morboso, lo escatológico y lo frívolo son conceptos que constituyen, en muchas ocasiones, lo que se expone como obra de arte. Retratar el cadáver de tu propio padre como hizo el hiper-realista Ron Mueck no importa si el fin es darse a conocer, aunque esto tampoco es nada nuevo. Ya los antiguos egipcios retrataban, aunque con otros medios, a los faraones fenecidos claro que sus fines no iban por el mismo camino.
Pero esto no es nada comparado con el alemán Gunther Von Hagens que muestra en sus exposiciones cuerpos reales, sólidos, en tres dimensiones de los cuales sus tejidos son conservados de manera perfecta debido al método de la plastinación que este desarrolló. Parece ser que este “artista” y científico recurrió al comercio con las cárceles chinas para las 'obras' con cadáveres plastinados que le han hecho mundialmente famoso . Desde luego pocas diferencias se podrían establecer entre sus esculturas y una ficción de terror.


1 comentario:

julián dijo...

Es que el arte contemporáneo, como buena parte de nuestros usos sociales, es esclavo de lo "nuevo" de lo "original". Sólo si cumple esos criterios parece que tiene valor. Continuar o profundizar en una línea es agotarse y no tiene interés.
Y luego, como bien dices, se busca el impacto por encima de todo y de cualquier criterio ético. ¡no todo vale!
Chau.