Chico coincide con chica en una pajarería mientras este buscaba un par de periquitos para su pequeña hermana. Chica decide llevar dichos periquitos, por sorpresa, a este chico. Pero cuando dicha mujer llega al tranquilo pueblo de Bodega Bay, los pájaros comienzan extrañamente a protagonizar ataques perfectamente pautados contra las personas. ¿cual es el motivo?¿tienen algo que ver los periquitos?¿y la chica?
Contado así, someramente (no merece más la sipnosis en sí y veremos por qué) este es el argumento de Los pájaros (1963) sonada película de Alfred Hitchcock y basada en The birds, relato de Daphne Maurier.
El argumento es así de simple, y nos preguntamos cómo unos pájaros y un relato tan simple van a tenernos casi dos horas (119 minutos) en vilo, pues Hitch lo hace como es habitual en él.
Es una película fantástica porque tiene clincher y quieres saber qué pasa, por qué hacen eso los pájaros. A mitad del filme ya cuesta soportar el ruído de las aves, de ese mal augurio del que las hacemos síntoma. Es inevitable sentir empatía con los protagonistas,en el sentido de pensar cómo reaccionaríamos ante ese caos frente al que nadie puede protegerte menos tú mismo con todas las adversidades que se presentan. Porque ante la fuerza de la naturaleza ninguna fuerza humana tiene sentido. La desprotección total de una población de la que Melanie Daniels (Tippi Hedren), Mitch Brenner (Rod Taylor), una magnífica mamá Brenner:Lydia (Jessica Tandy) y su pequeña hija (Veronica Cartwright) son protagonistas.
Los pájaros se convierten en los símbolos de nuestros miedos, ante los que podemos luchar pero ante los que nos hayamos totalmente solos y a veces impotentes. No todo puede ser sometido a lo racional y con esto juega Hitch: con gaviotas y cuervos que atacan, con elementos ante los que las fuerzas de seguridad poco pueden hacer.
Uno de los elementos con los que más tontea el director son los periquitos, a los que con cada plano hace sospechosos y causantes del caos pero al mismo tiempo inofensivos, lo que hace que la niña quiera llevarlos a todas partes. Y cada vez que se mencionan el espectador se pone en alerta : Mejor deja los pájaros porque cada vez que esos “adorables” periquitos se invocan...
Este sentimiento yo lo definiría con otra imagen muy típica en el género de terror: típico personaje que acude a un lugar que nosotros reconocemos como peligroso y en el que es previsible que pase algo, “no entres ahí” pensamos. Pues los periquitos igual, cada vez que la familia Brenner se mueve en el último momento la niña se acuerda de ellos y pide que le dejen llevarlos a lo que tras unos segundos de duda responden que sí.
(ATENCIÓN: ESTE PÁRRAFO HABLA SOBRE EL FINAL DEL FILM)
El final de la película es otro trinar. Una cosa es que el consumidor anhele una respuesta al planteamiento de la película y otra cosa muy distinta es lo que el director nos vaya a dar y con esto, la sensación que nos quiere dejar. En este caso, el final es abierto con lo cual nuestra imaginación se tendrá que buscar un poco la vida si se lo permite la estupefacción con la que se queda uno, con la boca abierta vaya. Que es lo que menos piensas después de esa gran secuencia en la que la familia protagonista, tras un gran ataque por parte de los pájaros, tiene que abandonar la casa y se plantea la siguiente imágen: Rod Taylor abre la puerta y se encuentra con miles de aves que llegan hasta el porche de su casa, cuando lentamente consigue auxiliar a su familia y “embarcarla” en el coche no sin los periquitos, arranca el coche y empieza el estupor, no esperen ni un The end ratificador de que el filme ha terminado. Sin embargo, el final que había pensado Hitch en principio era otro: los portagonistas terminaban escapando de los pájaros, llegaban a San Francisco liberados hasta que se daban cuenta de que todo el puente Golden Gate y los edificios estaban llenos de pájaros, esto no fue posible por dificultades económicas y técnicas.
Esta secuencia, me trajo a la memoria la película de Flame y Citronen (que evidentemente no tiene nada que ver) en la que nos dan un plano de Citronen (el gran Mads Mikkelsen) saliendo de la casa, y cuando el espectador realmente cree que ha llegado la liberación, el director nos da una bofetada y nos saca un plano de cientos de nazis con armamento, apuntando hacia un único blanco: Citronen..
Como no, veremos al director discretamente saliendo de la pajarería con dos perros. Pero anécdotas a un lado, en 1963 no había la tecnología de la que nos servimos ahora, nada se hacía por ordenador.
Por ello muchas escenas se trabajaron en post producción sirviéndose de algo similar al procedimiento del chroma key (esa técnica audiovisual que utilizan algunos programas de tv por ejemplo, para crear un fondo sobre otro totalmente liso mediante ordenador). Otras escenas se hicieron con pájaros mecánicos, reales o entrenados para atacar. La escena en la que la gaviota pica a Melanie, primera vez que los pájaros comienzan a agredir, es un muñeco manejado por cables. De hecho, se dice que el impacto le provocó una herida por la que el rodaje se suspendió tres días durante su recuperación.
Pero sin duda, a mi lo que me abruma de estos filmes que nos sacan más de 20 años es que consiguen mantener al espectador en el más absoluto vilo, enganchado al filme, sintiendo empatía con los personajes y sintiendo esa especie de miedo en realidad, sin tener que recurrir a lo fácil, a meter una imagen impactante o chocante, recurriendo a la sangre o sirviéndose de las cosas más macabras. Evitando todo esto que nos ofrecen las películas de terror actuales. Y la verdad es que cuando se ve una película de estas características te das cuenta que se puede hacer cine de terror con un alto grado de sofistificación, empleando la desautomatización y llegando así a configurar una buena película.
L.A.A
3 comentarios:
¡Qué bien te queda la carrera que estás haciendo!
Es genial esa película.
Perfecta!!!:)
Yo también creo que es genial, pero también digo que las hay mejores. No sé si te hablé de La ventana indiscreta, a ver si la puedes conseguir tú, porque yo no la tengo.
mi primer omentario juju
hombre tu por aqui? que alegria de leerte jaja.
Pues si mejores las hay, iguales no ;)
me dejaste el golpe ¬¬ en lugar de sucedió una noche XD menos mal que sale Robert Reford y Paul Newman
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