martes, 9 de marzo de 2010

Memoria involuntaria

"En el mismo instante en que ese sorbo de té mezclado con sabor a pastel tocó mi paladar... el recuerdo se hizo presente... Era el mismo sabor de aquella magdalena que mi tía me daba los sábados por la mañana. Tan pronto como reconocí los sabores de aquella magdalena... apareció la casa gris y su fachada, y con la casa la ciudad, la plaza a la que se me enviaba antes del mediodía, las calles..."
(Por el camino de Swann dentro de En busca del tiempo perdido de Proust)


Caminaba entre aquel escenario barroco,
como si de un teatro, a punto de dar luces
a los actores para que empezaran la dicción,
se tratara.

Algo hizo que el corazón permaneciese en sístole
por un segundo eterno. Se detuvo. Una lágrima
se escapó de su ojo derecho, directo a la barbilla
y luego al cuello y del cuello a la evaporación.
Triste destino.

Era ese olor, cerró los ojos. Un recuerdo, un recuerdo
impertinente que la mantuvo paralizada, inerte y que por un
momento consiguió detener el tiempo. Era como si una flecha
la hubiera atravesado de lado a lado, flecha que no podía
extraer para comprobar de donde venía la herida.

Ese olor despertó en su mente un instante, algo ya vivido.
Algo que le punzaba pero al tiempo, le hacía cerrar los ojos
y querer agarrarse a ese instante que no acababa de recordar.

Una tarde, una tarde en la habitación de los juguetes, sobre una manta
de lana, una manta de lana que olía a colonia de bebé. Su madre se
sentó a su lado, muy cerca, compartiendo un juego, se trataba de construír
con pequeñas piezas una gran fortaleza.

De unas pequeñas piezas, se construía
una gran pieza. Igual que desde un olor, alcancé a reconstruír aquel instante
tan feliz en el que la lluvia golpeaba las ventanas mientras que mi madre
me protegia enseñandome a jugar, a construír una gran pieza de unas pequeñísimas piezas.

Algunos lo llaman memoria involuntaria, no sé hasta que punto es involuntaria
ni si el recuerdo que me vino a la memoria será verídico. Pero me paralicé ante
el escenario barroco y quise permanecer en él sin éxito, se apagaron las luces, terminó la busqueda de un tiempo perdido.

1 comentario:

PatriCou dijo...

lembroume a obra de teatro de aniquilar a los artistas ou alo asi, polo do escenraio barroco.
isto para sr clara

tamen me lembrou a esas figuras as que nos gusatria agarrarnos sempre agora mesmo tño un desexo asolagador de agarralo de apretalo, ata de mancalo, de afoirmar a sua presncia que algun dia se pode prder. agora mesmo botaria a correr para perseguir ata a extenuacion certas figuras que xa estiveron mais preto do qu estan

pero sempre habera unha magdalena, non si?